Tuve que tomar una decisión -que creí correcta- por el bien de mi presente y mi salud. Y ahora, a decir verdad, estoy más ausente y enferma que antes. La sigo viendo en todos los sueños y en todas las caras. Intento, con todo el amor que habita en mí, enviarle todo el amor para que también habite en ella. Y en consecuencia me ayude -desde su claridad o confusión- a integrarla, traerla o dejarla en otra página. Porque esto no puede seguir así. Esto me arranca de cuajo y me tira a la cuneta. Todos pasamos por un momento decisivo que más que "momento" fue una "persona". Y se nos hizo difícil reconocer o distinguir el bien del mal, lo blanco de lo negro y lo alto de lo bajo. Y aunque desde afuera parezca que puede verse con mucha más claridad, bien adentro nuestro habitan los recuerdos, y los buenos y malos tragos que bebimos. Lo cual significa: sólo nosotros sabemos hasta dónde llega un nombre y hasta dónde tenemos que ir a depositarlo para que ya no nos arruine. Porque lo nuestro, amor de mis amores, lo nuestro siempre fue imposible. Estamos a kilómetros de tenernos a centímetros. Nacimos en diferentes cunas. Y todo lo que vos deseás para tu vida. AH* PARA QUÉ SIGO MINTIENDO. Si nuestros escondites siempre fueron los mismos. Y es por eso que nos encontrábamos. Pero quizá lo imagine. Quizá sueño demasiado. Quizá sea que caí en el error de creer que conseguiría los pasajes y las claves. Y que todo se daría cual película de Disney. Pero no fue así, zapatito. Ni para vos, ni para mí. La vida no es tan rosa como tu pulóver. Ni tan naranja como el mejor de los atardeceres. La vida es el escupitajo que lanzo a escondidas, para que nadie piense que soy exageradamente desagradable. Y si alguien me viera le diría "disculpe, compañera de viaje, también soy la asquerosidad y lo cambiante". Nunca te extrañé tanto como cuando dí un portazo el mismo día que más anhelaba acariciarte. No sé por qué lo hice. Perdonáme. Porque, aún así, acá estamos. Siendo sólo dos cuando el mundo empieza a retirarse. Sólo dos, al borde de una luz o de un abismo. Y si te cuento los motivos dibujo tu nombre en el cielo. Y si me contás un secreto que sea el mío, porfa, asomando en tu bolsillo.
🖊️ Agustina Ferrand
No hay comentarios.:
Publicar un comentario