"Siento que me quedaría toda la noche escribiendo" le dije. Y a ella sólo le bastó decirme "y bueno, hacélo" para que en mí se abra una compuerta de belleza y de besos.
Después de asegurarme que, con todo el cansancio acumulado del día, por fin pudo cerrar sus ojitos y descansar... me vine a la cocina y empecé: Te elegí entre la gente. Lo hice. Los miré a todos. Y sin embargo no miré a nadie. Eras vos y la nube en la que vuelo. Era tu tacto divino y tus pecas que me encantan. Eran las melodías acertadas, en el momento perfecto. Con las bienaventuranzas tuyas y mías.
Aunque te mire avergonzada cuando te veo venir y sepa que, más temprano que tarde, el puente comenzará a elevarse. Entonces las sincronicidades… tu hijo: el que tanto amamos, nuestras hermanas, mi madre, tu padre; Lorenzo – tu perro - y tu manera de tratarlo.
Te amo porque sos idéntica a un fueguito. Pero no de los que arden. Aunque también te salga (y de maravillas). Sos fuego que ilumina, el que muestra el camino, ¡la intuición afilada, los pies al ras del viento, el primer mate del día!
Sos todo lo que nunca sé. Aunque igual te aprendo y te averiguo. Una caja de Julietas para conmoverle la vida a Agustina.
🖊️ Agustina Ferrand
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