Siempre me pareció un misterio y una divinura la diferencia abismal que hay entre una sonrisa y una risa. Hay personas que, por naturaleza, muestran los dientes y extienden carcajadas hacia el mundo. Otras que sencillamente con un leve movimiento de labios achinan sus ojos y en una milésima de segundo te hacen sentir como en casa. Nunca pude identificar dónde me siento más a gusto. Cada una tiene lo suyo. Aunque, según mi experiencia, quien sonríe sin los dientes en realidad es un animal repleto de ternura. Por el contrario... quien los muestra puede que esté más cerca de ser rosa que margarita. Es decir: puede que tarde o temprano te ataque. "¿Sólo por espinas desechar la flor?" cantaba el Leonino Cerati y así se defendía.
🖊️ Agustina Ferrand
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