“Depender no es denigrante” dijo el libro, y nos humanizó más que nunca. ¿Por qué nos avergüenza tanto sentirnos cuidados o decir “te necesito”?
¿Acaso porque creemos que dejamos el corazón expuesto a todas las perdiciones y en pedacitos? ¿Acaso porque antes lo rebanamos en una tabla que dice “prohibido, bajo todos los términos, entregar”?
No seas tonta, sangrienta. Que vos y yo sabemos que adoramos proclamarnos independientes y fuertes.
¿Pero qué pasa cuando aceptás que la otredad te completa, te ablanda o te resuelve?
¿Qué pasa cuando anidas con los pájaros, especialistas en alas, y aún así te nacen garras que agarran?
¿Qué es lo que se avienta, con fuerza, contra tu cara cuando elegís sostenerte en alguien o en alguienes? ¿El orgullo, el ego, la mezquindad?
Sea cual fuere la respuesta: en algún momento de tu vida tu corazón decantará hacia el río. Y cuando te hayas hecho una con el marrón y el rojo serás un color granate perfecto. O como puede entenderse mejor: un marrón carmesí o un rojo intenso. Lo cual significa en el mundo al que te invito: serás dadora oficial entre todos los dadores.
Y habrá un pájaro con garras aferrado a tu pañuelo. Como quien dice “acá vuelo, por eso me quedo y ante vos, por supuesto, me inclino”.
🖊️ Agustina Ferrand
No hay comentarios.:
Publicar un comentario