Si estás leyendo esto es porque estás alfabetizado. Por ende: no te imaginás el enorme terreno ganado que tenés.
Sin embargo no valoramos lo que nos distingue de los animales. No ponemos a bailar al vocabulario para sacar lo mejor de cada circunstancia. O a veces lo hacemos. Pero cuando no: la nube negra se avecina.
Porque leer y sobre todo escribir es una “chispa de luz en la vergüenza”, como canta León Gieco. Y hay quienes, al no tener esa claridad, viven en un fondo oscuro y terrible.
Imagináte no poder comunicarle a tus seres queridos sobre tus logros o tus fantasmas. No poder dejar en papel una nota que diga “gracias”, “perdón” o “te amo”.
La educación, para Paulo Freire, debe ser horizontal. Lo cual significa que el educador en ningún momento deja de aprender del educando. Estrellitas para Paulo. Él sentía, además, que la educación debe ser liberadora o no ser. Por ejemplo, trayendo a colación a Galeano, la educación transforma a los nadies en alguienes.
Hay que “colocar al alfabetizando en condiciones de poder replantearse críticamente las palabras de su mundo, para saber y poder decir su palabra: historizarse”, alentaba Freire. O como se me ocurre decir a mí: hay que lograr que el alfabetizando no se quede al márgen de los acontecimientos de su propia vida, sino que sea partícipe.
Y, entonces, pueda contar y cantar lo que le pasa. De lo contrario no tendríamos diálogo. Y si no hay diálogo nos vamos de este mundo sin conocer lo que yo mismo y/o el otro lleva dentro. ¿No te parece escandalosamente sombrío?
Y por último, pero no por eso menos importante, hablando de Freire que tanto nos interpela y nutre, traigo a colación una nota de clase: “hay una intrínseca correlación entre conquistarse, hacerse más uno mismo, y conquistar el mundo, hacerlo más humano.” Lo cual me parece que no tiene remate. ¿Por qué será que nos gobiernan hombres que no hicieron lo primero y, por ende, no podrían jamás hacer lo segundo?
Claro, ¿por qué será que como sociedad elegimos representantes que no se han conquistado, ni saben dominarse, y por ende nos hacen parte de un mundo cada vez menos humano?
¿Estamos frente a un espejo que nos muestra nuestra cara más fatal? ¿Somos así de perversos? ¿Perdimos conexión con los demás? ¿En qué momento empezamos a morder la mano de quien nos daba el pan?
No entiendo al mundo porque todavía no termino de entenderme a mí misma. Tengo hambre, además, y no hay nada por besar. Es lógico que acá hay un puente agarrado con alambres.
🖊️ Agustina Ferrand
posdata: 🖊️ todo este maldito sistema está mal 💧 gracias profe por darlo todo, acá apenas algo 📝
No hay comentarios.:
Publicar un comentario