sábado, 7 de diciembre de 2024

¿trabajo y salud mental van de la mano?

Los trabajos destruyen vidas. Los trabajos inhumanos aún más. Lo que las grandes multinacionales te ofrecen es pan para hoy y enfermedad para mañana. Es tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo. Lo reza el hospital porque lo sabe. Porque es el hospital uno de los grandes testigos de los peores crímenes: poner la productividad insana por encima de la vida. Arrebatarte el nombre y volverte un número. Meterte en una picadora en la que no sabés si a los ojos los tenés por encima de la nariz o por debajo. Y si los brazos se extienden pero sangran... no importa: hay que seguir trabajando. A mi trabajo de 11 años no le reclamo nada. No hay abogado alguno que mueva los hilos por mi causa. Casi como un chiste me arrojaron un par de billetes ¿a cambio de qué? De que no los moleste. Y a otra cosa mariposa. Pero ¿quién nos devuelve todo lo que ahí dejamos? ¿Todo lo que ahí perdimos? ¿De todo lo que, ahí, nos infectamos? No veo un boomerang que le devuelva a los grandes empresarios un poco, al menos, de lo mucho que nos enfermaron. Y quien pasó por ahí lo sabe. A excepción de los que se fueron con su bandera en alto. ¿Pero saben qué? Mi bandera siempre estuvo a la mitad, de luto, llorando. Porque a mí el trabajo asalariado me dió las peores horas y los peores traumas de mi vida. Salvo 2 o 3 caras que genuinamente me vieron como algo más que una máquina. Y cuánto se los agradezco. De no ser por ellos mis manos no podrían unir ni dos palabras. El detrás de escena de un trabajo cada uno lo entiende mejor que nadie. Y deseo fervorosamente que nunca aceptes ser explotado. Porque cuando te explotan te volvés malo. El trabajo te corrompe. Y tus ojos sólo disparan balas. Las mismas que ellos, humanos sin alma, siempre te dispararon por la espalda. Y sí, hospital. Es tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo. Porque todos queremos hacer lo que mejor nos sale sin sentir que en eso se nos va la vida. Todos queremos ser vistos y reconocidos, no oprimidos. Todos queremos ganarnos los mangos en un ambiente libre de alimañas. Lo cual significa: a todos nos duele y quizá sea cierto que somos mucho más idealistas de lo que pensamos.

🖊️ Agustina Ferrand 



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