Cuando las cosas no salen como quiero me gusta pensar en que “por algo todo se dio de esa manera”. Quizá en el lugar que me esperaba había algo que mejor evitar.
O la respuesta que anhelaba no hubiese sido la mejor de recibir.
Puede que sea un consuelo de tontos o una sabiduría de mangas largas. Pero me sirve, sin ir más lejos, para no condenarme a la primera que algo toma un rumbo que yo no hubiese elegido o deseado.
No todo es ganar. A veces sencillamente se pierde. O lo deseado demora en presentarse. O al deseante lo capturan en una de sus peores pesadillas y llega tarde.
La vida tiene extrañas maneras de desviarnos del camino. Por eso la pregunta es: ¿Y si realmente nos está direccionando?
Uno no ve el panorama completo desde éste cuerpo humano tan limitado. Mirá si nos vamos a creer tan importantes de exigir que nos moldeen la vida a nuestro gusto. Como si no hubiese energías superiores a nosotros que nos conocen mejor que nosotros mismos. Y sí, estoy creyendo para poder crear. Y viceversa.
Porque me gusta conocer el trasfondo de las historias o las experiencias. O quizá imaginar a tu corazón enredado entre los cables, antes de condenarlo al olvido.
Por eso te escribo éstas líneas. Para que sepas que yo también me pierdo y tardo en encontrarme. Pero cuando lo hago, generalmente a la luz de la luna, puedo sentir cómo se me infla el pecho por todo lo vivido.
Y aunque no tenga todo lo que quiero ni mis problemas estén todos resueltos... elementalmente quiero todo lo que tengo y adoro la trama mucho más que el desenlace.
Será por eso que me enamora el camino mucho más que la meta. Y además escribí un libro que habla del mecanismo del beso. Porque estando en la tierra y después saltando al 1 y al 2, sé que tarde o temprano me espera el cielo. Entonces las rayuelas existiendo para que yo las salte.
Así es como adivino que vendrás, con el pulóver y la sonrisa más hermosa que haya visto. Y no habrá entre nosotras roce alguno que no termine en caricia.
Charlaremos larga y tendidamente sobre lo mucho que nos hicimos daño, por locuras arraigadas que traemos desde el trauma. Y habrá una lluvia torrencial dándole de beber a la pacha y a la sed que nos habita. Porque es por esa sed, y no por otra cosa, que no dejamos de hacer señas desde la isla que somos. Y es por eso que, en el momento oportuno, llegarán todos los barcos. Lo sabe el poeta por porfiado. Y lo saben los náufragos repartidos por el mundo.
Hete aquí la desdicha perdiendo sus primeras tres letras.
🖊️ Agustina Ferrand
No hay comentarios.:
Publicar un comentario