domingo, 9 de febrero de 2025

¿para qué imaginadores en tiempos de penuria?

Si la melancolía es prima de la nostalgia, por ende prima hermana de la depresión, la mejor manera de combatirla es: nada más y nada menos que con la imaginación.

Si la nostalgia es “todo tiempo pasado fue mejor” la imaginación es puro futuro y “todo tiempo venidero es promesa”. Podemos crear los escenarios más soñados, sin desconsuelo y sin arrepentirnos.

Porque confiamos, con fervor, en la fuerza de los sueños y las ilusiones. Imaginemos entonces, compañera, que del otro lado nos espera lo desconocido, lo nuevo y lo hermoso.

Orbitado y asistido, sin ir más lejos, por la brújula de nuestro cuerpo. Que siempre sabe. O al menos, es el primero en enterarse. Subiendo luego a la mente para jugar y ordenarlo con palabras. Pasando de antemano -cómo olvidarlo- por el consultorio del alma. Que es, en definitiva, la que "termina de" y de hecho "empieza a" ponerle espíritu, esencia, emoción y garra.

De ahí la realidad de que la imaginación sea lo que más nos aleja de ser o sentirnos depresivos y el más poderoso poder de nosotros los humanos. ¿¡Para qué imaginadores en tiempos de penuria!?


¿No será para re-inventarnos? ¿Para idear alternativas? ¿Para ser maleza que sabe del campo? ¿Para incomodar nomás a los cómodos y acomodar, de un solo verso, a los incomodados? Prendé las luces del sueño, velero loco, vamos a navegar por las aguas del "todavía no caigo".

🖊️ Agustina Ferrand



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