Soy tonta. No sé vivir sin querer cambiar el rumbo de las cosas. No sé salir a la calle sin querer habitarla como la habitan aquellos que se creen dueños y por creerse dueños secuestran, violan y matan. Soy tonta porque sólo de vez en cuando me entrego a la lluvia y bailo en su presencia. Generalmente me protejo y busco recovecos para no volver repleta de agua y de tierra. Soy tonta porque creo que con mi amor de mujer puedo igualar el desamor de un hombre. Porque me importa un comino haberme equivocado en el camino: Me seguiré equivocando. No sé cooperar con lo inevitable si lo inevitable pretende atacarme. Sé mostrar los dientes y acomodar los puños cuando no veo otra salida que no sea la agonía. Soy tonta porque más que humana soy tonta. No le digo yo. Así de sencillo. Tonta y poco cooperativa. Que lo inevitable sea lo que yo deseo o que no sea nada. No creo que a Dios le moleste que me ponga su sombrero. Tampoco me parece justo creer que a la guerra sólo van los soldados. Somos nosotras, las tontas, las que vamos. Y a veces, créannos, no volvemos. Nos quedamos sangrando al costado de un fusil. Y queremos cambiar las cosas. Por eso seguimos haciendo de todo, rendirnos. Que me recuerden por haber sido la tía loca y no la hija complaciente. Y que cuando hablen de mí digan sin pudores que fui la más tonta de las tontas. Juntando crespones orientales donde sea que los vea, y regalándoselos a choferes o secretarias, con una sonrisa en toda la cara. Que digan de mí que tomé pastillas y que a veces, también, me negué a tomarlas. Que escribí aún, pero más sobre todo, cuando más prohibido estaba. Y que alguna lágrima brotó. Por ende hasta llegué a regar a personas a distancia. La tecnología no avanzó para que nosotras no avancemos. Y a los besos que te doy me los guardo en la carpeta de "prohibido tirar". No sé cooperar. Nací sola y moriré entre miles. Porque soy tonta. Y en vez de pedir ayuda escribo versos animosos. Para que nadie sospeche lo reventadamente tonta que soy. Entonces dicho esto, de mi parte no hay mucho más por decir. Excepto que cuando más tonta fui y cuando más usé el sombrero de Dios más a salvo estuve de tu nombre lacerante y de la muerte.
🖊️ Agustina Ferrand
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