¿te acordas cuando te dije
"segundo chingarte, lo primero Dios"?
no te gustó para nada, vos querías
ser el centro de mi amor
¿pero qué pasa
cuando lo que hay para dar
es tanto
que primero -y sobre todo-
debe esparcirse sobre
el mundo?
¿qué pasa cuando nos cansamos
tanto de la Astrología, que queremos
que nos direccionen
otra clase de señales o algoritmos?
una buena conversación, quizá
en la que vos -o quien se acerque-
con la boca -y ojalá la sonrisa-
nos cuenten -por qué no-
el último motivo de su llanto
o el primer motivo de su risa
¿qué pasa cuando de tan cerca
tan lejos?
¿en qué momento la meditación
y la fantasía?
porque si no me equivoco,
recuerdo muy bien
todavía, fui yo la que llevó tu nombre
a la cima
y de ahí no lo bajé nunca
excepto cuando aplastaste
el detalle y la atención
que, por cierto, se la doy
a pocos
por si no te habías dado cuenta:
nada me entusiasma
más que Dios
-todo lo que lleva y trae Dios-
¿seré crucificada por eso? no lo creo
tengo el ala protectora entre las cejas
y una chica en el océano salvaje
que, a pesar de ser un gato, se te acerca
y aunque no canta: cuenta
y si lo cuenta: baila
quizá debamos aprender de los
bailarines, contadores y felinos
vos -o quien se acerque-
con la boca -y ojalá la sonrisa-
que si nos alejamos
-o no hay llamado o grito-
no es por nada en especial
sino por lo especial y suavecito
que es el mundo
cuando nos llama desde lejos
y desde lejos venimos
por un camino de tierra
que, al parecer,
es el único camino
🖊️ Agustina Ferrand
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