¿El amor? En la fantasía: perfecto
y sin raspones o moretones.
En la realidad: de carne
y de hueso.
Es decir: desafiante.
Si habiendo tantas opciones
u oportunidades
yo elijo, a consciencia, elegirte,
es decir: quedarme...
será que estoy dispuesta
a perdonar infinidad de veces,
porque infinitas serán las veces
en las que habrás o habré
de equivocarme.
Quizá no podamos controlar
nuestros pensamientos
o palabras,
pero sí nuestras acciones.
Que, por cierto, tendrán sus flores bellas
pero también sus límites
cuando una parte mía sienta
que se vuelve muy pequeña
o que le ofenden el cisne.
O cuando una parte tuya sienta
que le faltan el respeto
o le rompen la confianza.
De igual manera: se nada.
Del verbo "nadar".
A contracorriente o con viento a favor.
Aunque choques tu auto
o se me pinche la bici.
Porque queremos,
podemos, o se nos ocurre.
Porque sangramos,
sufrimos, pero también renacemos.
Para darle al "amor" su cuota de fuego
y de aire,
de tierra y de agua,
de sol y de luna.
Nadie dijo que sería fácil.
Por eso hay tantos corazones rotos
o solos en el mundo.
Porque nadie quiere el vértigo
de aprender a cuidar.
Nadie acepta el reto de recibir,
tanto como de dar.
Nadie pretende el equilibrio.
Y si alguien lo hace...
será visto como un "loco"
o como "un mal negociante",
como canta Charly.
Es que quizá sea eso.
Dar lo poco que tenemos.
Nuestras vidas, nuestros sueños.
Y hacer coronas de papel de cigarrillos.
Hasta llegar al orgasmo o al pacto.
Lo que suceda primero.
🖊️ Agustina Ferrand
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