Profe: cuando sea grande quiero ser como vos. Ni como mi mamá, ni como mi papá... como vos. Que llevas a cuestas la bandera más enorme de todas: la de enseñarme. Cómo no vas a ser mí gran amor. Si cuando te veo llegar con paciencia y apuro siento que yo quisiera llegar así, de la misma manera. Siendo del mundo pero sin ser del mundo. Claro, porque tu profesión es de otro planeta. Quizá hasta de otra galaxia. Me pregunto si podré hacer lo que vos hacés: enfrentarme a un batallón de almas y ayudarlos a todos, aunque sienta cansancio. Aunque piense que ya no vale la pena enseñar. Quiero ser como vos porque deseo ocuparme en lugar de preocuparme. Y usar las manos, los ojos, el oído, el gusto y el corazón. Quiero ser como vos porque también deseo sembrar semillas. Y que cuando pasen los años vea enormes y robustos árboles, dando sombra a todo un pueblo. Quiero ser como vos porque nadie le pone tanta dedicación a los demás. Nadie tiene tanta maestría. O mejor dicho: nadie tiene tanto corazón. No quiero ser ni malaria ni malandra. Quiero ser calandria. Y anunciar con mi canto que nos movemos hacia el frío, después del calor. O sea: quiero pensar y sentir. Quiero sentir y pensar. Y cuando llegue el momento... también quiero actuar. Sos lo más, Profe. Desde chiquita quiero hacer muchas cosas. Pero cuando sea grande quiero ser como vos.
🖊️ Agustina Ferrand
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