domingo, 17 de agosto de 2025

algunos, de tanto perder, hemos perdido hasta el miedo

Empezar por lo peor es de lo mejor que me pasó. Bueno, en realidad no. Pero me refiero a mostrarte el carozo del durazno, sin que tengas que morder durazno alguno. O bien atravesar toda la infancia con una tiza en la mano y un borrador en la otra. Me refiero a las infinitas capas que nos impiden ver quiénes somos. Y si me adelanto, y voy por encima de los brazos extendidos, no es porque mi mejor amante sea la fama y prefiera el "flash" por encima del "hornero". Es porque, en realidad y para ser honesta, quiero fotografiar al pájaro y devolverlo al árbol o al cielo. O bien: remontar un barrilete en el más desolador de los desiertos. Como verás tengo dos tajos que me definen, antes de que yo los defina a ellos. De igual manera hago el intento. Y les pido información microscópica para ordenar el mundo, y desordenarlo luego. Ah, pero qué dicha ser querida, a pesar del tajo, entre medio del tajo, y por encima del tajo. Ah, pero qué idiota, queriendo esconderlos, como si al mostrarlos se intensificaran, sin que nadie pudiese comprenderlos. Amar a otro puede que sea persuadirlo, sin querer, a la locura. Es decir: a la expansión y exposición de todo lo que esconde. Porque, en definitiva, no amamos a los demás por lo que nos muestran. Los amamos por lo que nosotros, al arribar a ellos, descubrimos. Eso que sólo nace del 1 + 1. ¿Te das cuenta? Igualitos a una bici. Donde uno es necesario, dos son memorables y tres son multitud. Entonces la intimidad se vuelve vuelo. Único modo en el que, algunos, efectivamente funcionamos. Terreno fértil para sembrar preguntas, acertijos, acuerdos, puentes y desvíos señalizados. De tal manera fue el tajo profundo que ya nadie quiso reírse, excepto cuando lo besaron y de él mismo nació toda la osadía del mundo. Que no es más que una memoria en carne viva, que no concibe su vida si primero no la pasa por el viento. Y si el viento, al despeinarnos, dice "perdón, no te quise hacer eso" entonces no es viento. Así que dejemos todo como está. Y que cada uno, en la medida de lo posible, cuente su cuento. Porque nada está, del todo, en su sitio. Sólo que algunos, de tanto perder, hemos perdido hasta el miedo.

🖊️ Agustina Ferrand



miércoles, 13 de agosto de 2025

usted me entiende, usted me entiende

a veces quiero

chantarle un beso y decirle

"soy todo lo que buscas,

pero también

soy todo lo que no desearías

encontrar"


para que se asuste

y después no diga

que yo no le avisé


pero, en su lugar,

le muestro la medalla ganadora

y la llevo a dar una vuelta

por el museo de mí misma

para mostrarle las reliquias,

los mapas

y los diplomas


como si ella no tuviese que,

algún día,

soportar mi catarro

y mis escupitajos

o resignarse,

más tarde que temprano,

al olor de mis gases


a veces quiero decirle

"masticame el monstruo,

justo cuando abre

sus fauces"


y que ella,

arrolladora y amante,

me tire, sin piedad,

sobre la cama

y me ofrende las caricias,

los laberintos

y los jugos fatales 


para que yo, después,

le explique, o le aclare,

-justo en el sol de un rayo-

todo lo que en la oscuridad,

a decir verdad,

cuando yo le vi el tercer ojo

por debajo del flequillo

y me envalentoné en dejarlo quieto

y no tocarlo


pude hacer y deshacer

-con más torpeza

que maestría-

para que ella vea,

en definitiva, que lo del trance

cuando dejé de ser mía para empezar 

a ser suya, como le decía,

en ese "micro-segundo infinito"

en el que yo vi al negro,

al rey y al esclavo,

hubo un ademán, un secreto

y un remanso


un triángulo de cisnes necesario


entonces caímos heridas,

ella y yo,

de muerte y de vida


en el único pozo

que te expulsa

hacia arriba 


usted me entiende,

usted me entiende

por eso, mejor,

no se lo cuente

a nadie


🖊️ Agustina Ferrand



lunes, 11 de agosto de 2025

te siento_

te siento_

y no quiero que estés triste por mí_

a ese trabajo

lo hago yo misma

cuando me apeno

por la vida_

con sus remolinos,

altibajos,

sombras, contrastes

y alegrías de plastilina_


te siento

y no quiero que te apagues_

aunque, a decir verdad,

cuando inclinas tu cabeza 

como se inclina una lámpara triste

para poder leer mejor

me urge darte un caramelo

de alegría_

y quizá si te doy uno

te doy dos_


no me llores, no me culpes, no me ataques_

¿no ves que fui yo la que te dio amor

hasta el fondo del mar

y lloró entre las flores de Mayo?_


¿entonces?

¿para qué odiarnos?


deberíamos estar agradecidas,

no por el desencuentro_

sino porque "pese a"

nos besamos las algas

y los crisantemos_


y fue dulce

como la mirada de un perro

cuando nos admira_


¿qué clase de huella

nos dejamos,

la una en la otra,

que no paramos de buscar

la que le sigue

para que algo,

frente al “tic tac efímero”,

sea lo más parecido a ganarle 

la pulseada

a todo lo que se desvanece

en el aire?_

🖊️ Agustina Ferrand



viernes, 8 de agosto de 2025

Agustina Ferrand: Micro-biografía

Soy Agustina, todavía. Tengo 33 años, ojalá para siempre. Nací en el País de los Ídolos y en la Provincia de los Rezos. Soy de Aire y también soy de Fuego. Tengo dos pares de lentes (en éste preciso y delicado momento), canciones para elegir, el ala indómita en el pecho y una leve aunque ascendente tendencia a menospreciarme por completo. Qué poco, pero qué poco, reconocimiento le doy a todo lo que hice hasta acá. Y a todo lo que sigo haciendo. Que aunque a veces sea por demás de sutil -después de haber hecho algo tan concreto como construir una casa- sigue haciendo sus maniobras -por dentro y por fuera- en el resto de los planos. Compito conmigo y no con otros. Por eso quizá los autos pasan a toda velocidad y me dejan todo el polvo. Todas y todos, bien o mal, lo estamos intentando. Me exijo muchísimo. Me exijo demasiado. Tengo mucho amor para dar y siempre, de una manera u otra, lo estoy entregando. ¿Qué puedo esperar de los demás si ni siquiera yo me compro, me vendo y me perdono? ¿Si ni siquiera soy compasiva conmigo primero, cuando más me necesito? Que se caiga mi careta. Estoy hecha de látigos y caballos huyendo. Ambos soy yo. El caballo que huye y el látigo que azota. Bastaría, de manera repetida, con tan poco: Un propósito. Un cigarro. Una cerveza. Y al carajo el qué dirán y las expectativas ajenas. En la próxima borro con el corazón todo lo que hice ayer que, en realidad, era para mañana.


 

domingo, 3 de agosto de 2025

en tu defensa diré:

En tu defensa diré que nunca me mentiste ni fingiste ser algo que no eras. Todo lo contrario: hasta te esforzaste por ser clara conmigo, sin lastimarme.

Sin embargo te pedí hasta lo que no tenías, en los momentos -y lugares- más olvidables de tu vida. Y fui yo la que hizo locuras en tu nombre. Perdiendo, desdichadamente, hasta el mío en el camino.

Es por eso que no sos una más del montón y nunca lo serás. Porque ardiste pisando fuerte en el encuentro número uno, hace tiempo y hace lejos, activando palabras claves y otros desiertos importantes.

Nunca quise que me veas en el estado más cobarde o deplorable. Por eso fue justo y asertivo que el tiempo transcurra y lave. Para hablar entonces ya sin filtros, ni maquetas, ni posiciones, ni ataques. A cara lavada, sonrisa mediante, y con el cariño ante todo. 

No me mires con esa cara. Sé que lo que viene detrás de mí no es el vuelo. Sino el lugar donde cuelgo las alas. Por eso la incertidumbre de no saber si, ahora sí, corresponde me visites y te lleves lo que siempre nos unió, cuando me abras el libro, los ojos y el alma.

Te amo porque sé que cuando nadie te mira observas el horizonte, y te haces preguntas hondas, que te mueven de la angustia, para entrar en la cigarra. Entonces le contas al sol y también a la luna, lo que yo canto y no te sale de quién es la verborragia.

¿Por qué odiar con desmesura? ¡Si nadie tiene la culpa! Y aún así -o a pesar de- cantamos una y mil serenatas. 

Mejor no te preguntes si podrás. Que yo tampoco voy a preguntarme si puedo. A ésta altura del partido ya sabemos del presente y del pasado. Y el futuro es una oferta que se paga en cuotas incómodas. Como todo lo que implica deseo, falta, sincronicidades y sueños.

Ayer pasé por tu casa y sigo siendo el ángel. Si me das a elegir prefiero medir los voltios cuando te veo venir, pero sobre todo cuando te veo alejarte.

🖊️ Agustina Ferramd

sábado, 2 de agosto de 2025

roberta y fabiana: alma contra alma

Roberta hablaba con Fabiana y al irse, era cosa de otro mundo, se le pegaba en las pupilas y pestañas. No veía otra cosa que no fuese la cara de Fabiana. Quería mirar un auto, un perro, un ave. Y "pum"... Fabiana. Fabiana auto, Fabiana perro, Fabiana ave. Hablaba con sus amigas y también, en el lenguaje y en la lengua "splash", Fabiana. Amanecía, miraba el techo, tanteaba el cielo, y "rakatá", en una nube o en un avión, Fabiana. Fabiana no tenía que esforzarse mucho para que Roberta se diluyera al verla y la llevara, cual estampita, por donde fuese que andara. Aún así hacía lo suyo. La leía a Roberta, la observaba, la admiraba. Le decía "mirá la carita", cuando Roberta se confesaba. Y Roberta, automáticamente, se sentía merecedora de las alas. Por eso nunca se separaban. No había que contabilizarlo mucho. Se reían, tenían códigos, se cuidaban. Se estrellaban, tarde o temprano, alma contra alma. Y del colapso nacían poemas, flores, tabacos, cronopitudes, sueños y esperanzas. "Ojalá" decía Roberta. "Por qué no", decía Fabiana.

🖊️ Agustina Ferrand

viernes, 1 de agosto de 2025

"segundo chingarte, lo primero Dios"

¿te acordas cuando te dije

"segundo chingarte, lo primero Dios"?

no te gustó para nada, vos querías

ser el centro de mi amor 


¿pero qué pasa

cuando lo que hay para dar

es tanto 

que primero -y sobre todo-

debe esparcirse sobre

el mundo?


¿qué pasa cuando nos cansamos

tanto de la Astrología, que queremos

que nos direccionen

otra clase de señales o algoritmos?


una buena conversación, quizá

en la que vos -o quien se acerque-

con la boca -y ojalá la sonrisa-

nos cuenten -por qué no-

el último motivo de su llanto

o el primer motivo de su risa


¿qué pasa cuando de tan cerca

tan lejos?

¿en qué momento la meditación 

y la fantasía?


porque si no me equivoco,

recuerdo muy bien

todavía, fui yo la que llevó tu nombre

a la cima

y de ahí no lo bajé nunca


excepto cuando aplastaste

el detalle y la atención

que, por cierto, se la doy 

a pocos

por si no te habías dado cuenta:

nada me entusiasma

más que Dios

-todo lo que lleva y trae Dios-


¿seré crucificada por eso? no lo creo

tengo el ala protectora entre las cejas

y una chica en el océano salvaje

que, a pesar de ser un gato, se te acerca

y aunque no canta: cuenta

y si lo cuenta: baila 


quizá debamos aprender de los

bailarines, contadores y felinos

vos -o quien se acerque- 

con la boca -y ojalá la sonrisa-


que si nos alejamos

-o no hay llamado o grito- 

no es por nada en especial 

sino por lo especial y suavecito 

que es el mundo

cuando nos llama desde lejos

y desde lejos venimos

por un camino de tierra

que, al parecer,

es el único camino


🖊️ Agustina Ferrand

algunos, de tanto perder, hemos perdido hasta el miedo

Empezar por lo peor es de lo mejor que me pasó. Bueno, en realidad no. Pero me refiero a mostrarte el carozo del durazno, sin que tengas que...